EL IBEROSTAR TENERIFE CAE CON LA CABEZA ALTA
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Cae con personalidad. El Iberostar Tenerife no pudo este domingo con el potente Real Madrid (82-91), que tuvo que emplearse a fondo para imponer su mayor profundidad de banquillo ante un equipo, el aurinegro, que no se rindió nunca; ni siquiera cuando se vio 21 abajo (45-66), tras sufrir en cadena las mejores versiones de Rudy Fernández, Trey Thompkins o Sergio Llull.
En un Santiago Martín hasta la bandera, el grupo de Txus Vidorreta demostró carácter para no tirar jamás la toalla en un partido que creció casi siempre cuesta arriba y en contra de sus intereses.
El orgullo y el esfuerzo del colectivo para intentar reengancharse al choque; un notable partido de Ferrán Bassas en la dirección (11 asistencias) y la irrupción de jugadores como Tim Abromaitis, Sebas Saiz o Lucca Staiger en momentos especialmente delicados invitan al optimismo para los retos a corto plazo que ha de afrontar el conjunto insular.
El encuentro nació ya con dificultades de por medio, ya que Rudy Fernández decidió prolongar el acierto del pasado jueves en Atenas, cuando le dio a su equipo la victoria en el OAKA con un tiro inverosímil sobre la bocina ante el Panathinaikos. Su buen hacer desde la larga distancia y la versatilidad de Anthony Randolph rompieron ya de entrada el partido a favor de los madridistas (5-14, 8-17).
Pese a todo, el Canarias no se rindió y la irrupción de la segunda unidad tinerfeña trajo consigo un paso al frente en defensa. Un 11-0 de los anfitriones devolvía el duelo momentáneamente al alambre (22-22, 24-22); exactamente lo que tardó Thompkins en sacar a relucir sus virtudes como falso cuatro. Un 0-10 de los de Laso, con siete puntos suyos, volvieron a situar al Real Madrid en franquicia (24-34).
Lo intentaba el Iberostar Tenerife, pero su adversario se mostraba imparable desde el 6,75 (9/14 al descanso) y hacía daño con segundas opciones de tiro. El mal trago fue a más para los aurinegros tras la pausa, una vez que Sergio Llull salió con todo y se erigió en protagonista de una puesta en escena difícil contradecir. Por ahí, la renta de los blancos se fue hasta los 21 puntos (45-66) en un partido que además se endurecía por momentos.
Con los locales visiblemente molestos por el nivel de contactos que se le permitía a su rival (Brussino, Richotti e Iverson tuvieron que retirarse con sendos golpes y sangre bien en la nariz o en la cabeza), el Canarias tuvo el orgullo de no hincar la rodilla ante la mayor variedad de recursos de su oponente. Espoleado por un Santiago Martín inmenso, el grupo de Vidorreta buscó el imposible y estrechó el cerco para forzar un final más parejo.
La aparición de Lucca Staiger desde la larga distancia, con siete puntos consecutivos, redujo la desventaja hasta los ocho puntos (69-77). Volvió a estirarse el Real Madrid (71-83), pero el Canarias, erre que erre, tiró de casta en busca de la hazaña. Dos triples consecutivos de Ferrán Bassas dejaron en seis puntos la renta madridista (77-83). El grupo de Laso tuvo pues que recurrir entonces a sus pesos pesados (si es que los tiene en un plantillón con tantos argumentos) para sofocar el amago de remontada insular y sentenciar ya el choque con acciones de Campazzo y Llull hasta el 82-91 definitivo.
-- Pinchar aquí para ver las estadísticas / Galería de fotos de Ángel Pérez (ACB Photo)
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