EL IBEROSTAR TENERIFE ENCAJA UNA DERROTA DOLOROSA
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Una derrota de las que duelen. El Iberostar Tenerife cayó este sábado ante el Delteco Gipúzkoa Basket (60-67) preso de una noche para olvidar desde el tiro libre (10/19) y desde la larga distancia (4/22). Pese a su empeño por engancharse al partido, el grupo de Txus Vidorreta no encontró nunca el ritmo adecuado para afrontar el encuentro con argumentos de peso y quedó maniatado ante un buen Delteco Gipúzkoa Basket, que jugó bien sus bazas para sumar una victoria importantísima en su lucha por salir de la zona baja de la clasificación.
El conjunto donostiarra llevó el partido a su trinchera y el Canarias no pudo igualar el nivel de intensidad de su rival. El choque arrancó ya trabado para los insulares, que pese a un par de acciones iniciales de mérito de Javi Beirán al poste bajo, lo cierto es que no pudieron anotar con la fluidez deseada. A eso se unió el buen trabajo atrás de los visitantes que encimaron las líneas de pase y castigaron siempre las pérdidas de los canaristas (11-12, min. 10), quienes además concedían demasiados rebotes en su aro que daban segundas opciones a los vascos.
Mejoró el conjunto insular con la irrupción de la segunda unidad, que elevó el listón defensivo y amagó con una pequeña ruptura, después de que Gillet encadenara varios ataques bien ejecutados (16-12, 19-15, 24-20). El caso es que aunque movía el balón con criterio, la escuadra tinerfeña echaba en falta más acierto exterior y por ahí el Delteco fue creyendo firmemente en sus posibilidades. Dos triples seguidos de Rebec (26-26) supusieron el primer aviso serio de que los guipuzcoanos no iban a desconectarse fácilmente.
El partido creció trabado, en una dinámica que beneficiaba más a los de Sergio Valdeolmillos. El buen hacer de Burjanadze, Sekulic y compañía cobraba fuerza con el paso de los minutos, mientras las posibilidades aurinegras se diluían desde el 4,60. El Delteco le dio entonces una vuelta de tuerca más a su plan con la irrupción de Alberto Corbacho, que en un par de fogonazos demostró su calidad para anotar desde la larga distancia (44-51).
Con el choque cuesta arriba, el Canarias llegó a ir nueve abajo (48-57) y se frustró por momentos al no dar con la tecla adecuada para revertir la situación. A pesar de todo, los tinerfeños le pusieron corazón y redujeron el cerco (54-59 y 58-61) en busca de un epílogo más parejo. El problema es que cada intento por apretar el tanteo no tuvo la prolongación necesaria. Dos buenas acciones de Garrett Nevels y los tiros libres de Miquel Salvó acabaron por sentenciar del todo la contienda a favor de los donostiarras.
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