El Iberostar Tenerife supera a un correoso Fuenlabrada y se mantiene en la pelea por el playoff
Sigue en la pelea. El Iberostar Tenerife se impuso este sábado a un correoso Montakit Fuenlabrada (83-75) y mantiene viva la ilusión de jugar las series finales. El grupo de Fotis Katsikaris puso freno a su reciente racha de tres derrotas consecutivas en un partido que encarriló pronto, tras una media hora realmente meritoria (61-41, min. 27); y vio peligrar luego a raíz de la reacción visitante en el último cuarto.
Pese a todo, el equipo aurinegro enterró fantasmas recientes y sofocó a tiempo la remontada (76-73, min. 38) de un rival, cuya intensidad y arrojo para no tirar la toalla explican también el porqué de su condición de conjunto revelación de la temporada.
El oficio de Fran Vázquez, que hoy cumplía su partido número 600 en la Liga Endesa, para marcar territorio al principio de cada parte (12 puntos sin fallo y 15 de valoración); el buen hacer de Josh Akognon para ver aro y generar juego (hasta seis asistencias con conexiones importantes con los interiores); y, sobre todo, la solidez defensiva del bloque en tres cuartas partes del encuentro, explican en parte la victoria aurinegra.
Arrancó el partido muy firme el Iberostar Tenerife, con Ponitka tirando de verticalidad en el uno para uno y Vázquez sacando petróleo del rebote ofensivo. Con los visitantes con problemas para superar la defensa canarista y dejándose incluso puntos desde el 4.60, el encuentro crecía del lado local. Por ahí, un parcial de 8-0 empezó a abrir ya una brecha significativa (26-14). El Canarias dominaba el rebote (21 rechaces tinerfeños por 12 del Fuenla al descanso), tiraba con criterio y eficacia (75% en tiros de dos entre los dos primeros cuartos); y se iba al receso con 13 arriba (44-31).
Tras la pausa, otro buen arranque de Fran Vázquez y la confianza de Akognon en ataque dispararon la renta local hasta los 20 puntos (61-41); si bien el Montakit no dio nunca el partido por perdido. Un 0-6 al inicio del último cuarto (65-54) y la versatilidad de la tripleta formada por Eyenga, Smits y O’Leary, permitieron a los visitantes ir recortando terreno de manera progresiva. El Fuenla impuso entonces su físico y llegó, incluso, a ponerse a tres de distancia en un par de ocasiones (74-71, 76-73).
Sin embargo, el grupo de Katsikaris, espoleado por un público volcado con la causa, manejó esta vez con cabeza los minutos finales para amarrar el partido y dejar la victoria en casa. No pudo superar el average particular (-11 en el cruce de la primera vuelta), pero sumó una importante decimoquinta alegría, que le mantiene en la pelea por las series finales a cinco jornadas del cierre de la fase regular.
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