El Iberostar Tenerife sella su billete para la Copa del Rey al son de un Santiago Martín volcado
Otro desafío superado. El Iberostar Tenerife selló este domingo su billete para la Copa del Rey, el tercero en los últimos cuatro años, con una exhibición de intensidad y solidez colectiva ante el Movistar Estudiantes (77-59). Espoleado por un Santiago Martín totalmente volcado con la causa, el grupo de Fotis Katsikaris sacó músculo en defensa, rumió el partido con la paciencia necesaria y asestó el golpe definitivo a la vuelta del descanso para superar un reto no exento de dificultades.
Con la consabida ausencia de Richotti, con San Miguel apenas sin dormir, tras una noche en vela y estrenando paternidad (su hijo nació este mediodía), con Ferrán Bassas fuera de circulación por una contractura en la espalda al poco de salir a la cancha y Davin White jugando con una lesión en el tercer dedo de su mano izquierda (en los próximos días se someterá a pruebas para saber el alcance definitivo), el equipo aurinegro se sobrepuso a todas las adversidades desde la fe, el deseo y la fortaleza del colectivo.
Nació el partido a un ritmo frenético. No fue ni mucho menos un arranque asequible para los aurinegros, que se ampararon en el rebote ofensivo y en su buen hacer atrás para contener a un rival, el del Ramiro, que trató de explotar una de sus virtudes, la del triple, para intentar coger las riendas del choque: 2-5, tras acierto de Cvetkovic y 10-10, tras otro triple de Cook. El caso es que el Canarias no desesperó, pese a que le costó ver aro desde la larga distancia.
La chispa de White y la fuerza de Ponitka en las penetraciones amagaron ya con una primera ruptura camino del segundo cuarto (18-12, ,min. 10).Hasta entonces el Estudiantes respondía a cada intento local de abrir brecha (18-16, 21-19), pero los de Katsikaris le dieron una vuelta de tuerca más a su intensidad defensiva. Eso y el dominio del rebote lanzaron a los tinerfeños, tras dos triples de Vasileiadis y Rosco Allen (31-22).
El Estudiantes aguantaba el tipo como podía (36-26), hasta que los anfitriones salieron en plan vendaval del paso por vestuarios. Con un público inmenso, los aurinegros firmaron un parcial de 13-4 a la vuelta de la pausa (49-30) que dejaba ya herido de muerte a los visitantes. Las entradas hasta la cocina de San Miguel, un nuevo triple de Kostas y las lecciones de fundamentos de Ponitka, imparable en el uno contra uno, dispararon a los canaristas; mientras que los estudiantiles echaban de menos a un Sylven Landesberg, máximo anotador de la ACB, muy bien sujeto (solo 5 puntos al final).
La buena lectura de jugadores como Beirán o White, el ímpetu de Allen, el oficio de Vázquez o la envergadura de Niang ‘Petit’, protagonista de tres tapones seguidos en una misma jugada, cimentaron ya la ruptura definitiva; mientras el Movistar Estudiantes aguantaba el temporal como podía. Estalló ya del todo la euforia de un Santiago Martín entregado a su equipo, con el que terminó festejando la décima alegría liguera del curso y la merecida clasificación para la Copa del Rey.
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