Viernes, 7 Octubre, 2016 - 23:56

El Iberostar Tenerife suma un meritorio triunfo a pico y pala

Victoria a pico y pala. El Iberostar Tenerife sumó este viernes noche su segunda victoria consecutiva de la temporada en un notable ejercicio de superación y carácter, ante un correoso Rio Natura Monbus Obradoiro (70-55). El grupo de Txus Vidorreta se sobrepuso a un primer acto espeso y rumió un trabajado triunfo desde la paciencia, el buen hacer colectivo y la aparición letal en los momentos más calientes, primero de Javi Beirán, y luego de un Davin White que acabó desatado, en su mejor versión.

Pero por encima de todo fue una victoria de fe en el trabajo de una semana que se complicó por momentos. La ausencia de Aaron Doornekamp en los últimos entrenos por una contractura en la espalda y un choque fortuito entre las cabezas de White y Grigonis, en la práctica de ayer, que acabó con 9 y 18 puntos de sutura, amén de un importante inflamación en el párpado izquierdo del lituano, hicieron de todo, menos plácida, la víspera del choque de hoy.

Sin embargo, los tinerfeños sacaron coraje y compromiso, para sacar adelante una contienda complicada, que nació trabada, creció espesa y no se desenmarañó hasta los últimos minutos. Y es que ambos equipos protagonizaron un arranque impreciso en ataque y marcado por la intensidad defensiva. En esa dinámica, un par de triples de Bendzius dieron al Obra sus primeras rentas significativas (5-10, 7’).

El Canarias, sin acierto desde la larga distancia (3/19 al descanso), se agarró no obstante al partido desde el rebote ofensivo y un arreón considerable a raíz de la salida a cancha de Fran Vázquez. Pese a todo, el partido seguía encorsetado en dígitos raquíticos en el electrónico, dinámica que sirvió para que los visitantes sacaran a relucir su buen repertorio defensivo (25-28, 20’).

La película cambió al paso por vestuarios. Lejos de cortarse a la hora de tirar, el Iberostar Tenerife siguió intentándolo y mejoró considerablemente sus porcentajes desde el triple. Los aurinegros circularon entonces el balón con más fluidez al son del ritmo impuesto por San Miguel. No fue fácil de todas formas abrir diferencias, entre otras cosas porque el Obra se encomendó a la calidad de Rosco Allen y, sobre todo, a un polivalente Shayne Whittington, que amenaza con convertirse en una de las sensaciones de la liga.

En ese intercambio de golpes, el Canarias fue paciente y, espoleado por su fiel afición, sacó carácter, mucho carácter. El mismo que derrochó un Bogris metídisimo para liderar la estampida desde la defensa y el que volvió a mostrar otra vez Javi Beirán para asumir responsabilidades en los momentos delicados (el madrileño acabó con 17 puntos y 9 rebotes). O el que catapultó un par de oportunos triples de Doornekamp y, especialmente, el que exhibió un Davin White, que acabó firmando un epílogo sobresaliente.

Con el base de Phoenix on fire, igualando incluso su tope de asistencias en ACB (9), el Obra se vio entonces desarbolado. Ocho puntos en los últimos dos minutos del combo aurinegro dispararon ya la euforia en un Santiago Martín entregado a la causa y certificaron la segunda y trabajada victoria del Iberostar Tenerife en otros tantos partidos ligueros disputados hasta la fecha.

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