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miércoles, 19 de octubre de 2016

Martes, 18 Octubre, 2016 - 20:48

El Iberostar Tenerife se da un festín histórico en su estreno en la Basketball Champions League

La Fiebre volvió a Europa por la puerta grande. El Iberostar Tenerife sumó este martes una histórica victoria en su estreno en la Basketball Champions League (BCL) al imponerse por un contundente 57-85 a la Cibona de Zagreb en una de las pistas con más solera del Viejo Continente. El grupo de Txus Vidorreta cimentó su triunfo en un extraordinario ejercicio colectivo, edificado desde una gran labor defensiva y culminado con una excelente circulación del balón en ataque.

No pudo ser más brillante el regreso a Europa del club canarista casi 30 años después de su última comparecencia. El conjunto aurinegro se manejó como un equipo curtido en mil batallas, tremendamente serio e inteligente para superar las peculiaridades de un partido que nació con los anfitriones cargando descaradamente el juego interior para explotar las virtudes de su joya, el joven prodigio Ante Zizic.

El Canarias aceptó el desafío y se mantuvo en la pelea exprimiendo su acierto en el triple. Cuatro aciertos desde el 6,75, dos de Marius Grigonis y uno por cabeza de Tim Abromaitis y Aaron Doornekamp, permitieron a los aurinegros firmar una notable puesta en escena (7-12, 4'). Y eso que los croatas cargaron con dos precoces faltas personales, primero a Georgios Bogris, y luego a su sustituto, Fran Vázquez.

Sin embargo, la salida del joven Mamadou Niang Petit aplacó el ímpetu de Zizic, dio consistencia atrás al equipo y allanó lo mucho y bueno que estaba por venir. Muy centrado en tareas defensivas, el grupo de Txus Vidorreta se soltó en ataque y jugó sus bazas con mucha cabeza, buscando siempre al compañero mejor situado (17-20, 10') y poniendo en serios aprietos a la Cibona.

Bassas relevó a San Miguel y mantuvo en sobresaliente el listón de la dirección, al tiempo que White comenzaba a hacer de las suyas, Petit se soltaba también en ataque y Doornekamp tiraba de repertorio para anotar desde fuera y por línea de fondo (21-28). En esa dinámica, la tercera falta de Bogris y Vázquez; y la retirada por lesión de Marius Grigonis (sufre un esguince en su tobillo derecho, a la espera de más pruebas a su llegada a la Isla), ni siquiera eclipsaron el buen tono coral de un equipo, el de Vidorreta, que juega de memoria, como si llevara junto toda la vida.

Impuso entonces el Iberostar Tenerife su fondo de armario, explotó la versatilidad de Tim o el buen momento de San Miguel para irse al descanso ya con una ventaja jugosa (31-44, 20') y dar paso luego a un tercer cuarto de libro, de ésos que van derechitos a la videoteca para no olvidarlos nunca.

Fue entonces cuando los aurinegros sacaron a relucir todo su potencial. La férrea defensa canarista, con manos rápidas y muchas anticipaciones, acabó desquiciando a los locales, ahogados en un mar de pérdidas, mientras que el Iberostar hurgaba en la herida en ataque, moviendo el balón con fluidez y anotando canastas de todos los colores. Un 5-24 de parcial, incluso maquillado con tres tiros libres casi al borde del último cuarto, explican la exhibición visitante.

Con el partido roto, la renta canarista se fue hasta los 35 de ventaja (33-68) ante la incredulidad del público local. A partir de ahí, la Cibona apenas pudo adecentar el electrónico ante un Iberostar sólido como una piedra atrás y muy acertado en labores ofensivas. Fueron minutos de disfrute total para la afición aurinegra, momentos de ensueño que pasarán a engrosar la leyenda de un club, el canarista, que sigue creciendo y superando desafíos.

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