Domingo, 15 Noviembre, 2015 - 22:55

¡Orgullo, coraje... y AFICIÓN!

El Iberostar Tenerife se crece ante las adversidades. El equipo tinerfeño se adjudicó este domingo la gran fiesta del basket canario en una lección de orgullo y coraje (65-63). El grupo de Txus Vidorreta, que hacía su debut en el banquillo aurinegro, fue de menos a más para imponerse al potente Herbalife Gran Canaria e inaugurar por fin su casillero de triunfos.

Una segunda mitad pletórica de intensidad, con Javier Beirán liderando a un grupo que tiró de carácter y lo dejó todo sobre la cancha, con un triple clave de Davin White en los instantes finales, explican en parte el ejercicio de fe de los canaristas.

Sin Saúl Blanco y con Blagota Sekulic recién salido de una lesión y la rotación interior aún mermada (el recién llegado Joseph Jones debutará la semana que viene), el conjunto tinerfeño, espoleado por su fiel afición, reivindicó con carácter y buen hacer el premio por el que tantas jornadas llevaba opositando. Y, esta vez, por fin, obtuvo recompensa a su esfuerzo.

Y eso que no fue fácil forzar un epílogo equilibrado, más que nada porque los de Vidorreta tenían ante sí a un señor equipo y porque las imprecisiones y los nervios lastraron su arranque. El Granca aprovechó la coyuntura para surtir de balones interiores a Alen Omic (4-11, 6’), mientras los locales intentaban aguantar el tipo coincidiendo con los mejores minutos de White.

La irrupción de Albert Oliver volvió a estirar la renta visitante (26-34, 19’), pero lo cierto es que el Iberostar Tenerife no tiró nunca la toalla. Precisamente, esa confianza ciega en sus posibilidades sería lo que le acabaría metiendo definitivamente en el partido a la vuelta de la pausa. Incluso, cuando el Herbalife intentó tiró del enorme arsenal de recursos del que dispone (40-47, 27’), el grupo de Vidorreta dio un paso al frente.

Javi Beirán comenzó a ver el aro como una piscina, bien secundado por la determinación de Nico Richotti, y por el esfuerzo defensivo del grupo. El Canarias le dio entonces una vuelta de tuerca más a su intensidad sobre el parqué, ya con el Santiago Martín entregado totalmente a la causa, y precipitó un final igualado (52-53, 33’). Un triple de Sekulic para el 55-55 terminaría de enderezar el guión: los tinerfeños estaban dispuestos a dejarse la vida por la victoria.

En esa tesitura, el partido encaró sus últimos minutos en el alambre. Con los aurinegros mordiendo por cada balón, un mate de Nico y un posterior triple suyo culminaban la remontada (62-60). Contestó Pango con otro acierto desde el 6,75 (62-63), pero White, en su mejor partido desde que llegó a la Isla, puso la guinda con un triple, que necesitó del instant replay para confirmar que, en efecto, sus dos pies estaban por detrás de la línea.

A partir de ahí, con la incertidumbre latente, Oliver y Pango erraron dos tiros, y el Iberostar Tenerife acabó amarrando ya del todo una merecídisima victoria, con la firme intención de que suponga además un punto de inflexión para el futuro más próximo.