La guagua
nos viene a buscar a las 19:00h, pero desde las seis y media ya estamos por
fuera del hotel “revisando” la tasca de al lado, ayudándolos con “un grifo de
cerveza” que parece que se atascó, y vemos la salida de los jugadores hacia el
pabellón. ¡Qué MOMENTAZO! Nos miraban, se sonreían, no se creían que
estuviésemos tantos, las voces estaban afinadas, sonaban como nunca, parecíamos
un coro, la percusión estaba perfecta y las “pitas” parecían trompetas. “Los
Guiris” asomados a los balcones, no entendía qué rompía su descanso, e incluso
alguien mandó a la policía local a inspeccionar la zona por si había algún
disturbio.
Nos subimos
en nuestra guagua y se inicia la ida hacia el pabellón, por toda la avenida
marítima son muchos los transeúntes que nos miran y se ríen, otros nos
“saludan” y nosotros a lo nuestro, estamos “ENSAYANDO LAS CANCIONES”, todas
salieron a la perfección, todo estaba dispuesto. Llegamos al pabellón, cruzamos
por un pasillo justo al lado del pabellón, en el que numerosos vecinos
contestan a nuestros cánticos con un “UB La Palma” y nosotros los miramos,
sonreímos, asentimos con la cabeza y seguimos a los nuestro. Preguntamos por
dónde teníamos que entrar pero el policía no tenía ni idea y nos dice que
vayamos por donde van todos.
La entrada
al recinto era algo estrecha, sólo una puerta pequeña abierta, así que todos en fila y “pa dentro”, señores ¡aquí estamos!, nos
colocamos en nuestros sitios, colocamos nuestras insignias y empieza el
calentamiento de los equipos. Nosotros ya estábamos preparados, los jugadores
concentrados y sólo faltaba que dieran las 21:00h.
Empieza el
encuentro y todo lo que sucedió a lo
largo de él ya lo contamos, pero lo que no pusimos fue que el nerviosismo con
el paso de los minutos se fue intensificando, estábamos muy cerca, no queríamos
precipitarnos, pero no podíamos más, si ganábamos habíamos dado un paso casi
definitivo para llegar a ACB Y LO DIMOS, lloramos, reímos, nos abrazamos e
incluso otros no podíamos reaccionar, fue una explosión de felicidad que nadie
podía enturbiar.
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